Durante nuestro paseo a pie, descubriremos a fondo los barrios históricos del Albaicín y del Sacromonte, acompañados por un guía oficial experto en patrimonio. Esta visita muy completa está especialmente destinada a los viajeros curiosos y exigentes, que quieren entender y sentir la historia y el alma de dos barrios con excepcional personalidad.
Empezaremos nuestro recorrido por el Albaicin bajo, donde la Carrera del Darro, tan a menudo calificada como una de las calles más hermosas del mundo, nos exhibe fachadas de casas señoriales, conventos e iglesias, a la vez que sus viejos puentes de piedra y un baño árabe. De allí, subiremos al Sacromonte, el barrio tradicionalmente gitano de Granada. Sus sinuosas y silenciosas veredas nos desvelan las cuevas encaladas, historias de dinastías del arte flamenco y, continuamente, unas vistas encantadoras al frondoso valle, tan a propósito llamado Valparaíso
Luego, la parte alta del Albaicín nos enseña su enredo de callejuelas empedradas, con sus famosos cármenes -esas exquisitas casas con jardín-, sus placetas más bulliciosas y más apacibles, que deparan vistas prodigiosas a las torres de la Alhambra, los picos de la Sierra Nevada y la fértil Vega. Más aun, el barrio, declarado patrimonio de la Humanidad, atesora en su entramado urbano de época medieval, vestigios significativos de la ciudad islámica, como lo son sus numerosos aljibes, los lienzos de sus antigua alcazaba, fundada hace más de mil años y restos de minaretes.
Conviértase en un flâneur por un día y descubre el encanto de este barrio blanco,que es el alma de Granada, durante un relajado paseo por sus estrechas y pintorescas calles.
Sumérgete en un ambiente mágico, lleno de aromas, colores y sonidos de la Antigua Fortaleza o Alcazaba Qadima mientras descubrimos sus secretos. Da un paseo por la antigua Medina que todavía conserva gran parte de su esplendor y magia. Maravíllate por sus calles laberínticas, deteniéndote a contemplar sus numerosas iglesias que alguna vez fueron mezquitas, palacios y cármenes, cisternas, sus bulliciosos mercados y plazas .
Es un recorrido cultural que no aparece en las guías, y está orientado a un viajero que busca experimentar, aunque sea por unas horas, la vida como lo fue para los habitantes del Albayzín